En un acantilado de Tenerife, tres versátiles jóvenes artistas se reúnen para escenificar «Crimen» de Agustín Espinosa.

El descubrimiento de un cadáver surrealista genera la necesidad de resolver este enigma a través de todo tipo de textos, artistas, situaciones, juegos y reflexiones repletas de espontaneidad, creatividad, lirismo y contemporaneidad, que simbolizan los preceptos y propuestas estéticas de un surrealismo en perpetuum mobile. «En el escenario de Crimen: una experiencia surrealista» se representa lo imposible como posible, la irrupción de las fuerzas del sueño, la irreverencia y la sorpresa como factor

poético. Además, se da rienda suelta en palabras, melodías y acciones a las imágenes oníricas y psíquicas extrañamente yuxtapuestas, que atraviesan la acción dramática y nos muestran un espacio abierto a una constelación de lenguajes.

Esta circunstancia posibilita un efecto de fragmentación que cuestiona las ideas de unidad, totalidad, jerarquización o coherencia convencionales, ofreciendo así una escenificación innovadora, sensorial e imaginativa para el espectador.