DESTIERRA, CENTENARIO DE UNAMUNO
2024 se cumplen los cien años de la llegada de Don Miguel de Unamuno a la isla de Fuerteventura. Antes de su estancia en el destierro majorero, ésta era vista como un simple cacho de tierra árido, casi despoblado, y las descripciones que sobre ella se hacían no iban más allá de lo puramente utilitario.
Frente a la interpretación chata, utilitaria y despectiva que de Fuerteventura había hecho la tradición, Unamuno va a hacer una interpretación mucho más profunda, trascendente y generosa; eleva el árido paisaje a la categoría de símbolo religioso, considerándolo como una suerte de espacio bíblico, ermitaño o conventual.
Fuerteventura dice a sus hijos la verdad desnuda y descarnada.
Nunca antes de Don Miguel habían vibrado la tierra, las piedras, las montañas de Fuerteventura con espíritu propio. Y la mar. El poeta y pensador también presenta el mar insular en paralelo con el paisaje interior, como una criatura con vida y sentimientos propios.
¿Qué dices, mar, con tu susurro? ¡Dime! ¿Ríes o lloras?…
Y presenta al pueblo majorero firme, resignado, lleno de nobleza, todo espíritu, limitado a dar lo esencial de sí mismo, exactamente igual que el paisaje, la flora y la fauna de la isla.
“De Fuerteventura a París”, “Destierro” y “San Manuel Bueno Mártir” son algunos de los libros de Don Miguel de Unamuno en los que se inspira la dramaturgia de “DesTierra”. Música, danza, teatro y animación son parte indispensable de este proyecto en donde Don Miguel conversa con una fuerteaventurosa majorera, sueña nuevos libros y descubre una isla inimaginable que describe en sonetos. La papiroflexia y las cartas hacen más llevaderos los días de primavera vividos en la isla.