El Santuario del Santísimo Cristo de Tacoronte pertenece a un conjunto conventual perteneciente a la orden de los agustinos hasta la desamortización, por Real decreto de 1837, que autorizaba al gobierno para destinar a establecimientos de utilidad pública los edificios conventos suprimidos, aunque hay que señalar que a estas alturas, la comunidad de monjes agustinos estaba prácticamente extinta, convirtiéndose el convento en Casa Consistorial y la iglesia pasó a depender de la parroquia de Santa Catalina de Alejandría Mártir.
Horarios:
Actualmente la iglesia se puede visitar de lunes a domingos en horario de 8:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00 y en horario de misa: martes, jueves y viernes a las 18:30 y domingos a las 9:00 y a las 11:00 horas
1. CUADRO DE LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS
La composición divide a la Sagrada Familia y a la comitiva real. La Virgen muestra al niño desnudo y es Melchor, de tez blanca y canoso, el primero que se arrodilla para adorarlo. Los Reyes Magos se distribuyen por razas y edades, al igual que sus pajes. De autoría anónima, a través del cuidado de los ropajes y la pobre arquitectura que enmarca el fondo, se puede aventurar la realización dentro de la escuela de Quintana. Mide 1’84 x 1’36 m.
2. CUADRO DE ÁNIMAS
Formaba parte de un retablo dedicado a las benditas Ánimas del Purgatorio. Se divide en los típicos tres registros: la gloria, con la Santísima Trinidad y diversos santos, el pesaje de las almas con el arcángel san Miguel y el purgatorio, de donde las almas esperan ser salvadas por intercesión de los santos representados: San Lorenzo, San José, San Agustín o la misma Virgen María. Muy en la línea de la escuela quintanesca, el cuadro mide 2’10 x 1’42 m.
3. RETABLO DE LA DOLOROSA
En 1744, D. Diego Marrero solicita al Prior, Fray Nicolás Peraza, la concesión de esta capilla para su decoración y ya en 1761 se estaba realizando el retablo. Éste presenta cierto regusto indiano, lo cual nos habla de las corrientes estilísticas traídas del Nuevo Mundo (recordar que Diego Marrero murió en La Habana). Realizado con madera de cedro, el retablo consta de un único cuerpo, con mesa de altar, sagrario inserto en la predela y remate superior. Los estípites laterales se rellenan de decoración y se rematan con dos figuras de medio cuerpo, desnudas. El remate, con una decoración profusa de hojarasca, nos muestra un óvalo con la figura de S. Diego de Alcalá abrazando la cruz. En los extremos laterales encontramos guirnaldas de flores y frutas, sostenidas por pájaros. Cae dentro de los retablos rococó de Canarias, de exuberante decoración.
Imagen de la Dolorosa
Realizada en torno a 1730, sustituyó a otra imagen más antigua del s. XVII, que procesionaba la noche del Viernes Santo, hoy desaparecida. La media luna de plata a sus pies, presenta perfil humano; se hizo en 1776 y se doró en 1788. Se emplea según dos tipos de advocaciones marianas: como Dolorosa, vistiéndose de rojo con manto azul, haciendo referencia al dolor de la madre al ver sufrimiento de su hijo cargando la cruz, y como Virgen de la Soledad, vestida de negro, que llora la muerte de Cristo. La espada clavada en su pecho a la altura del corazón, es uno de sus atributos y referencia el dolor padecido.
Techumbre de la capilla de la Dolorosa
Denominadas techumbres de estilo portugués, consta de ocho faldones, almizate, pechinas y forramiento en madera de los arcos de entrada, solera y se extiende también en la trasera del retablo. Pertenece a la primera etapa de estos techos pintados, que consiste en una gran cantidad de decoración vegetal de vivos colores con fondos claros. Cada faldón presenta una cartela que encierra un símbolo de la Pasión de Cristo y rematándolas, se observa un rostro con cierto regusto novohispano.
4. CAPILLA MAYOR
Según J. Hernández Perera, el frontal se atribuye al mismo autor que labró el de la iglesia parroquial de Santa Catalina . Presenta cinco paños verticales, con recuadros dentro de cada paño, lo que resulta muy arcaizante ya que la tendencia es a unificar el interior. El tabernáculo presenta una planta trapezoidal, con tres frentes mixtilíneos y acristalados, tiene cuerpo cilíndrico con decoración menuda sobre fondo dorado y cubierto con secciones de cúpula gallonada. El conjunto se remata con una pequeña cruz y está fechado a mediados del s. XVIII. El sagrario es posterior y aprovecha el espacio del basamento del manifestador.
Ambón y altar
Altar y ambón donados por la Hermandad del Santísimo Cristo de los Dolores.
5. RETABLO DE EL CRISTO
Del s. XIX consta de un único cuerpo con tres calles, nicho en la central y lienzo en las laterales, separadas por columnas estriadas de capitel corintio. Un entablamento retranqueado separa el primer cuerpo del remate superior donde unos ángeles, bordeando el arco del nicho del Cristo, adoran un cordero místico situado sobre sus cabezas. Este retablo de corte decimonónico resulta frío, en extremo clasicista, no concuerda con la riqueza de la fachada, las cubiertas mudéjares o la majestuosidad del Cristo de los Dolores, desmereciendo estilísticamente del conjunto. Su autor es Gumersindo y Teodomiro Robayna, uno de los grandes exponentes del arte neoclásico en las islas. Presenta una inscripción en la predela “ESTE RETABLO HA SIDO PROYECTADO, DIRIGIDO Y PINTADO POR D. GUMERSINDO ROBAYNA, SIENDO MAYORDOMO EL SR. DR. DN. DAMIÁN MARTÍN HERNÁNDEZ, BENEFICIADO DE ESTE PUEBLO, Y DN. PEDRO GUEZALA. AÑO DE 1888”
Imagen de el Cristo o Varón de Dolores
Esta tipología de Cristo resucitado deriva de la unión de dos iconografías cultas: el Cristo abrazado a la cruz de Miguel Ángel, que se encuentra en la iglesia de Santa Maria sopra Minerva en Roma, y un grabado de Durero. La imagen fue traída de Madrid en 1661, pero no fue expuesta al público hasta 1662, ya que debido a su inusitada iconografía y a ciertos detalles de su representación, fue investigada por el tribunal de la Inquisición para verificar su aptitud para ser expuesta al público. Desde un principio recibe el aplauso y las oraciones, no sólo de los tacoronteros, sino de todos los canarios, existiendo peregrinos de todas las islas, casi desde su llegada. Tras el Cristo de La Laguna es la imagen cristológica más venerada de Canarias. Por su impronta clasicista y características formales, sabemos que salió de algún taller madrileño, atribuyéndose al escultor portugués, afincado en la capital del reino, Manuel Pereira (lo cual desmiente la afirmación tan extendida de que lo había labrado Domingo de la Rioja, con el que no comparte ningún parecido estilístico, además de estar fallecido en el momento en el se ejecutó la imagen). Traído por D. Tomás Pereira de Castro, caballero portugués fundador del Cenobio.
Cuadro del Ángel con la copa y cuadro del Ángel con el recipiente para los ungüentos
Ambos ángeles son obra de Gumersindo Robayna, autor del retablo donde se ubican. Presentan símbolos de la Pasión que hacen alusión con los atributos que portan a los padecimientos de Cristo. Son dos cuadros de grandes dimensiones.
Cuadro de la Santísima Trinidad
Pintura de corte neoclásico de Gumersindo Robayna, autor de las obras anteriormente mencionadas, resulta por el modo de representación de la Santísima Trinidad: el Padre Eterno se encuentra en el momento justo en el que crea el mundo, su hijo, representado como un niño, alude al momento de la encarnación, mientras que la paloma hace referencia al Espíritu Santo. Los querubines tienen cierto regusto barroco, aunque de unas características muy lánguidas. Mide 1’50 x 1’00 m. Se cree que su lugar de ubicación primera sería como remate superior del retablo mayor.
6. BALCONES
Se conservan dos balcones detrás del retablo mayor, que comunican con la casa del fundador. Estos fueron obligados a construir por contrato, firmado en 1662 (a la llegada del Cristo). Estas tribunas se encuentran en estado de total abandono, conservando pintura y oro en aquellas zonas que no se ven expuestas a los efectos de la suciedad y la humedad proveniente de la cubierta.
7. ESTATUAS ORANTES
Ambas obras son un magnifico exponente del trabajo monumental y naturalista de los artistas italianos. Aunque durante mucho tiempo se barajó la posibilidad, especialmente por parte del Dr. Hernández Perera, de una posible procedencia genovesa, recientemente algunos investigadores han planteado la hechura de sendas obras en talleres de Cádiz por parte escultores italianos o formados según la tradición clásicas
Estatua orante de D. Tomas de Castro y Ayala
El capitán, arrodillado sobre almohadilla de borlas, vestido para la guerra, recuerda a las obras de Pompeyo Leoni. Mide 1’45 m.
Estatua orante de Fray Juan Carrasco de Ayala
Hermano del anterior, cruza las manos sobre el pecho y porta hábito agustino, expresando la misma serenidad en el rostro que el anterior. Mide 1’43 m.
8. RETABLO DE SAN AGUSTÍN
Situado en la cabecera de la nave del Evangelio, es un retablo sencillo, con banco, predela, primer cuerpo con tres calles con nichos (el del centro más grande y polilobulado) separados por pilastras cajeadas, friso y ático con lienzo. El retablo recientemente restaurado ha supuesto una sorpresa para todo el municipio, ya que antes de la intervención presentaba cuadrados marmoleados en tonos rosa y verde-azulados sobre fondo claro, y una vez se procedió a la eliminación del repinte, apareció decoración de rocalla en tonos ocre, oro y verde, sobre fondo rojo. Dos cartelas en la parte central de la predela y el friso presentan los elementos de la Pasión. Está fechado en el s. XVIII.
Imagen de San Sebastián
La imagen recoge el momento del martirio, mientras es acribillado con flechas, ladea la cabeza con cierta tristeza reflejada en su rostro. Recordar que antes de la construcción de la iglesia, la ermita prexistente estaba puesta bajo su advocación. Data del siglo XVIII, y mide 1’20.
Imagen del Nazareno
Imagen de vestir del s. XVII, mide 1’30 m. Muestra el momento en el que cristo, con la vestimenta púrpura, carga con la cruz camino del Calvario. Para conseguir sensación de movimiento, adelanta el pie derecho y su cara transmite cansancio y sufrimiento.
Imagen de San Agustín
Imagen de vestir del s. XVIII, tiene un posición frontal y hierática, vestido con estola, alba, capa pluvial y mitra. En la mano izquierda lleva una iglesia, como todo los doctores de la iglesia, y en la derecha porta una pluma que hace referencia a su faceta como escritor. Mide 1’53 m.
Cuadro de la Virgen con el niño entregando la sagrada correa del hábito agustino
En un rompimiento de gloria aparece la Virgen con el Niño en brazos. Éste le hace entrega a San Agustín Y A Santa Rita de la correa del hábito agustino. Este cuadro se enmarca dentro del s. XVIII y se considera cercano a la producción de Domingo Hernández de Quintana.
Techumbre
Similar a la techumbre que del mismo tipo existe en la capilla de la Dolorosa. Tiene la misma estructura e idéntica decoración, pero sin rostros.
9. CUADRO DE LA ASUNCIÓN
La Virgen descansa sobre querubines, con la media luna a sus pies, vestida azul y blanco con ribeteado dorado, vuelve su rostro hacia abajo, mientras otros dos grupos de querubines la observan. Lleva corona real y las estrellas rodean su cabeza. Seis símbolos mariano aparecen alrededor de su figura: dos ramos de flores, rosas y azucenas (virginidad); dos ramas de árboles, palma y olivo (con estas fue recibido su Hijo a su entrada a Jerusalén); torre y pozo que aluden a las invocaciones “torre de David” y “pozo de Jacob”. Mide 1’25 x 0’96 m. Pertenece a alguna escuela canaria del s. XVIII.
10. PÚLPITO
Se levanta sobre base hexagonal, con hastil estilizado, nudo a la mitad del mismo, con pie derecho y basa. La escalera es de un solo tramo con doble balaustrada, el panel de respaldadera con un rompimiento de nubes y detalles en dorado y el tornavoz también con detalles en oro. Cada cara del púlpito (en total cuatro) enmarca un cuadro en el que los detalles se han tratado de un modo preciosista. La posición de los personajes es de tres cuartos y se trata de los santos más aclamados de la época, de la orden agustina: San Agustín, San Nicolás de Tolentino, Santo Tomás de Villanueva y San Juan de Sahagún. Es obra de un autor anónimo del s. XVIII. Cada lienzo mide 0’62 x 0’40 m.
11. VIDRIERAS
Las vidrieras existentes se encuentran en la fachada norte del santuario y son tres, colocadas en septiembre del año 1963. La que nos ocupa es una representación vidriada del Cristo de los Dolores de Tacoronte. Las vidrieras de San Sebastián y San Agustín, ambas tienen representación escultórica en el retablo de San Agustín.
12. JESÚS ENTRE LOS DOCTORES
El Niño Jesús centra la composición y alrededor suyo se disponen las figuras de los doctores. Es la primera manifestación de Cristo como maestro. El gesto de contar sus argumentos con los dedos se llama cómputo digital, era tradicional en las disputas teológicas e ilustra el método de argumentación escolástica. Colocados en círculo, las reacciones de los doctores son diversas: se sorprenden, acercan el oído para escuchar sus palabras o señala los codex que portan en señal de consulta. Es muy similar al cuadro de la Adoración de los Magos, aunque, en el que nos ocupa, perviven arcaísmos renacentistas en la composición cerrada y en la búsqueda de la profundidad a través de la geometría, con la representación de baldosas y escalones. Mide 1’85 x 1’35 m.
13. PILA DE AGUA BENDITA
Está situada a los pies del templo en el lado de la epístola. Se cree del s. XVII, genovesa, de estilo desornamentado, muy clásico y puro en sus formas. Hay una muy similar en la iglesia de la Concepción de Santa Cruz.
14. LÁMPARA
Situada a la altura del crucero en la nave central, es una donación de Andrés Álvarez, residente en Puebla de los Ángeles (México). Posee una inscripción que verifica su procedencia en el año 1738. Es de plata, la base está repujada con representaciones de hojarasca barroca en franjas, con seis asas y perilla decorativa ovalada en la zona central. Seis cadenas formadas por eslabones barrocos, unen la parte inferior y la superior, de la cual parten tres cadenas más cortas y delgadas, que sostienen un lamparín.
15. SACRISTÍA – TESORO
Cuadro de la Virgen de Candelaria
Mide 0’90 x 1’25 m. Deriva del tipo iconográfico que puso de moda el maestro Quintana, aunque en el caso que nos ocupa se trate de una imagen muy inferior en calidad a las producidas por este. Es de destacar el minucioso trabajo de los paños y encajes. Podría datarse a lo largo del s. XVIII.
Imagen del Niño Jesús
Esta imagen, actualmente en los armarios de la sacristía, estuvo ubicada en el retablo dela Dolorosa, sobre el sagrario. Mide 0’60 m. de alto, viste túnica morada y sostiene en la mano izquierda la bola del mundo, mientras que con la otra bendice a los fieles. Los libros parroquiales hablan de una peluca rubia de postizo. Fue donación de Dña. Margarita Orve, vecina del municipio, en la primera mitad del s. XVIII.
Iglesia de San Agustín
Forma parte de la imagen de San Agustín en la Capilla del mismo nombre. De plata, es uno de sus atributos fundamentales.
Cáliz
Presenta pie abullonado, con numerosa decoración de querubines y nudo de jarrón. La decoración de horasca y follaje asciende por el hastial hasta la copa, tanto en relieve como grabado. Mide 0’25 m. y es del s. XVIII.
Copón
De base regular con los lados acabados en punta, presenta decoración de tallos y hojas, con nudo en forma de pera y medallones superpuestos de plata dorada al pie. Mide 0’21 m. y se trata de una pieza de orfebrería moderna.
Atril
Son dos, idénticos, y similares a los que se encuentran en la parroquia. Decorados casi por completo con hojarasca y rocalla, en el centro del respaldo aparece el escudo de la cofradía del Cristo S-Clavo. El armazón de la pieza es de madera, recubierto con plata repujada. Se fecha en el s. XVIII.
Cuadro del Cristo
Esta imagen y la siguiente, más allá de mérito artístico, interesan por la representación del Cristo de los Dolores de Tacoronte, con el dosel encarnado de fondo. El que nos ocupa mide 0’76 x 0’58 m.
Cuadro del Cristo con marco de plata
Se encuentra en el despacho parroquial y mide 0’19 x 0’26 m. Resulta llamativo el marco de plata repujada con representación de racimos, pámpanos y flores, y en torno a la moldura un sobremarco de tallos y hojas estilizadas, que se completa con dos animales fantásticos con cuerpo de serpiente y cabeza de águila. El cuadro fue donado por D. Francisco Gutiérrez, natural de Tacoronte y residente en Caracas hasta su muerte. En los lados pueden leerse las indulgencias concedidas por el Obispo de Cartagena de Indias en 1796: “EL ILUSTRISIMO SEÑOR DOCTOR D. MANUEL SOUSA; DIGNISIMO OBISPO DE CARTAGENA DE ESTAS INDIAS, CONCEDE CUARENTA DIAS DE INDULGENCIA A TODAS LAS PERSONAS QUE DEVOTAMENTE RESAREN UN CREDO DELANTE DE ESTA IMAGEN DEL SEÑOR DE LOS DOLORES, CUANTAS VESES LO FASIEREN, ROGANDO A DIOS POR EL FELIS ESTADO DE NUESTRA SANTA MADRE IGLESIA, ESTIRPASION DE LAS EREJIAS Y PAZ Y CONCORDIA ENTRE LOS PRINCIPES CHRISTIANOS. SE LOS DIO ESTE AÑO DE 1796”